Terapia Psicológica

AUTOESTIMA

El proceso de formación de la autoestima se inicia desde nuestra edad más temprana y continua a lo largo de la edad adulta. En la formación de la autoestima influye el entorno familiar próximo y el contexto cultural en el cual nos desarrollamos. La autoestima es el concepto que tenemos de nuestro valer, y se basa en los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos recogido a lo largo de nuestra vida (Marellach 1999) Por lo tanto, incluye el sentimiento de ser querido y apreciado por uno mismo y por los demás, supone el conocimiento de si mismo, el aprecio por los propios intereses, la valoración de los éxitos, habilidades y características de cada uno. Involucra además dos aspectos básicos: el sentimiento de auto eficacia y el sentimiento de ser valioso para si mismo y para los otros.



Cuando la valoración que hacemos de nosotros mismos es favorable para nuestra calidad de vida, se puede decir que tenemos una Autoestima Positiva, que aumenta la capacidad de afrontar y superar las dificultades personales al enfrentarnos a los problemas con una actitud de confianza personal. Por otro lado, si la auto percepción no es favorable , nos encontraremos frente a una Autoestima Negativa, lo que disminuye la capacidad de enfrentarse a múltiples problemas y conflictos que se presentan en la vida.

En los primeros años de vida, será el ámbito familiar el principal contexto de influencia para el niño en relación a la percepción de si mismo y su vinculación con el mundo. En este sentido para los niños la autoestima se basara en una valoración dependiente de los adultos significativos, principalmente de los padres y posteriormente los profesores, por lo tanto se hace indispensable que estas figuras refuercen los logros, recursos y habilidades que observan en sus hijos/alumnos sin generar expectativas que superen “al niño real” y lo fuercen a mostrarse como el “niño ideal”. Por otro lado, con frecuencia en el contexto escolar los niños/adolescentes se ven enfrentados a situaciones punitivas tales como anotaciones, suspensiones, matricula condicional u otros mecanismos, las que tienden a generar resentimientos y un rechazo generalizado hacia y desde el sistema escolar.

La siguiente lista muestra diversas conductas que un niño con autoestima positiva puede desarrollar de forma más eficaz:

• Es capaz de tolerar algo cuando no le sale como él quiere.
• Logra ser autónomo en la realización de sus tareas.
• Confía en sus propias capacidades.
• Es capaz de enfrentarse y superar situaciones nuevas.
• Puede desarrollar una personalidad más plena y una mejor autopercepcion.
• Se enfrenta al conflicto con actitud positiva
• No necesita constantemente que otros le digan si lo ha hecho bien
• Persevera ante las dificultades

Si en la niñez existe una gran importancia de las figuras significativas respecto a la autoestima, en la pubertad por el contrario se le otorga mayor preponderancia a la influencia del grupo de pares quienes pasan a ser las nuevas figuras significativas. Un autoestima configurada positivamente, es uno de los recursos más valiosos con los que puede disponer un adolescente, de esta forma, desarrollara relaciones satisfactorias, estará más capacitado para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar productivamente y ser autosuficiente, etc.


Desde aquí se plantea que un adolescente con autoestima positiva conseguirá:

• Actuar independientemente
• Asumir sus responsabilidades
• Afrontar nuevos retos con entusiasmo
• Estar orgulloso de sus logros
• Demostrar amplitud de emociones y sentimientos
• Tolerar bien la frustración
• Sentirse capaz de influir en otros

Por lo tanto, brindar apoyo tanto a niños como adolescentes se torna importante para acrecentar su autoestima, induciendo así situaciones beneficiosas y reforzando los recursos de estos para la vida adulta.